Extractos de dos noticias
La muerte corporal de José Saramago, entrañable escritor que de tantas formas nos acicatea para hacernos pensar, reflexionar acerca de nuestra condición humana y de nuestro papel como entes sociales; él que tan acertadamente ha sabido detectar los vicios del poder, la corrupción de quienes lo ejercen, la dejadez de quienes consentimos que hagan de nosotros lo que les dé la gana, y que tan irónicamente nos hace mirarnos en los espejos de sus novelas para reconocer nuestras propias fallas, da en el clavo de nuestros males: no cambiamos como debe ser, porque ante los problemas que nos aquejan, buscamos soluciones irracionales (contra la inseguridad, una plaza; contra la crisis de autoridad y la violencia generalizada, una celebración en el Ángel). Cito y lloro al portugués polémico y admirable: "Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión..., necesitamos el trabajo de pensar, pues, sin ideas, no vamos a ninguna parte".
De Cambios de forma y fondo, por María Asunción del Río, en El Siglo de Torreón.
Tengo la impresión de que la cobertura electrónica de la muerte de José Saramago —una noticia, en realidad, de una sola línea: “José Saramago no va a escribir más”— ha sido víctima de la misma urgencia que le resta legitimidad a lo que el escritor Emiliano Monge llama “el bloguetariado”: como supone reacciones inmediatas, agrega a lo único que hay de sustancia en la noticia elementos más bien anecdóticos que aderezan la duración de la nota.
De El año de la muerte de José Saramago, por Álvaro Enrigue, en El Universal.
Dos páginas
Página de la Fundación José Saramago.
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