domingo, 6 de junio de 2010

Carta al Presidente del Gobierno


Estoy empezando a acostumbrarme a escribirle de vez en cuando al Presidente del Gobierno, he descubierto que es fácil y me deja más tranquilo que protestar en la barra del bar o en los pasillos o el patio del colegio.

Entras en la página de La Moncloa, a la izquierda hay un menú, en el primer lugar está el enlace que te lleva a la página del Presidente, ahora busca Escribir al Presidente que hay a la derecha o Escribrir al Presidente del Gobierno de España que hay a la izquierda, no, no tiene nada que ver tu tendencia política, las dos te llevan al mismo sitio, puedes incluso enviar documentos adjuntos.

Ayer envié la tercera, que trascribo aquí (de las otras no he tenido la precaución de dejar copia).


Sr. Presidente, o quien quiera que esto lea:

Parece que vamos a establecer como costumbre el comunicarnos, quiero decir, comunicarle mis inquietudes, lo que por otra parte no me parece mal si soy capaz con ello de lograr transmitirle aunque sólo sea una parte de la inquietud que me lleva a hacerlo, que no es otra que la de sentir cómo siempre pagan los mismos, con derecha, con izquierda y con centro (que resulta, al final, que es de donde son todos los partidos -la izquierda cuando llega a gobernar, la derecha antes de gobernar para conseguirlo-, todos experimentan un desplazamiento hacia el centro directamente proporcional a la distancia que los separa de él y a los votos que quieren conseguir y/o mantener).

La última comparecencia de José Montilla en el Senado ha costado unos 6.500 euros, total para que se entiendan personas que tienen el mismo idioma; no sé cuánto nos va a costar la selección española en el mundial (ir a Innsbruck, estar, venir a Murcia, estar, volver a Innsbruck, volver a estar, ir a Sudáfrica, estar… volver a España, celebrar la victoria -si llega- y las primas a pagar a los jugadores si ganan (¡¿primas por hacer su trabajo?!, yo también hago mi trabajo y me van a dar una prima ¡negativa!), desconozco totalmente el montante de las pensiones vitalicias que pagamos a congresistas, senadores y etcéteras. Estamos jodidos, perdón, no es nuestra responsabilidad, al menos de la inmensa mayoría, que estemos como estamos sino de los avariciosos e irresponsables que la han propiciado pero, aun así, yo estaba dispuesto a apretar el culo, perdón una vez más, y los dientes, incluso a defender el sacrificio, con tal que no pagasen los menos favorecidos, pero venimos a enterarnos de que, al parecer, se quiere pactar un despido barato, más barato, más fácil y más barato, Sr. Presidente, por favor (lo digo por cortesía, pues creo que es su obligación), defienda usted, defiendan ustedes, de una vez por todas, a quienes dice representar, a quienes tienen que representar, al pueblo, al pueblo llano y al pudiente, que todas y todos somos pueblo, pero unas y unos más que otras y otros, al parecer…

No van ustedes a conseguir que vote a la derecha, si es que ese es su empeño (sinceramente, espero que no, sé que no), pero ya hace tiempo que tampoco los voto a ustedes -creo que sólo lo hice en las primeras elecciones, siempre he pensado que era malo monopolizar la izquierda- y actuando y gestionando como lo hacen no nos van a vender la burra, espero que así sea… La verdad, tengo que pensarlo más despaciosamente, pero me inclino a pensar que prefiero un gobierno de derechas que actúe como tal, de él sé qué se puede esperar, aunque no me guste, pero tampoco me gusta lo que hace este gobierno ¿de izquierdas?, será de la otra izquierda.

Señor Presidente, sé que no es fácil la responsabilidad de gobernar, pero yo no me he metido en ese berenjenal y ustedes sí, quiero pensar que lo han hecho en el convencimiento de que lo harían lo mejor posible, quizá sea llegada la hora de dejar el relevo a quien mejor pueda y quiera asumir el riesgo de hacerlo, aún a sabiendas de que ello le suponga la pérdida de la poltrona, actúe consecuentemente y, si pierden el gobierno con ello, lo habrán hecho respondiendo a su ‘socialista’ y ‘obrero’, a veces hay que perder votos para ganar honradez y libertad, por defender los intereses de quienes parece que deben hacerlo y no por perpetuar privilegios, sino por eliminarlos. La democracia no puede consistir en democratizar los privilegios, en hacer que haya más gente que los tenga…

En fin, que parece que me he calentado un poco, mis disculpas por ello, por divagar digo, si le parece que es el caso.

Otra cosa, antes de irme y dejarlo tranquilo -a quien lee-, ¿qué va a hacer el Gobierno, en nombre de la ciudadanía española a quien representa también para estos casos y no sólo para pedir sacrificios, respecto a Israel y los últimos acontecimientos? Ha dicho el Ministro que se investigará (creo que han sido sus palabras), ¿es eso decir que nos mantendremos a la espera, dejando que las brasas se pasen y que el tiempo enfríe las cenizas?

Quedo, como corresponde, a la espera de sus noticias.

Salud.

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