lunes, 23 de marzo de 2009

Ciencia y vida. Sabiduría, bondad, humildad.

Decía ayer domingo "...y salí con algún libro más de los que iba a recoger, como casi siempre."

Ese libro fue La ciencia y la vida, transcripción realizada por Olga Lucas de las conversaciones entre Valentín Fuster y José Luis Sampedro, reunidos en el castillo de Cardona para charlar y "hacer un libro" en agosto de 2007.

He empezado a leerlo, ya terminé uno de los que tenía entre manos y que me absorvía, y transcribo, yo a mi vez, aquí (no sé si esto se considera "...reproducción... parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento", de ser así, se me avise y retiro el comentario) parte de la introducción firmada por Olga Lucas.

Me parece una buena reflexión sobre la sabiduría, la bondad y la humildad.

"Si tuviera que elegir una única palabra para definir a Valentín Fuster, a José Luis Sampedro y a sus conversaciones, elegiría 'sabiduría'. Son sabios porque ambos persiguen la sabiduría, conscientes de no alcanzarla. Si se me permitiera una segunda palabra, pondría 'bondad' en el sentido machadiano del término. Son buenos porque ambos viven con responsabilidad su profesión y su lugar en la sociedad, ambos tienen el sentido del deber humano como contrapartida al derecho humano, es decir, distinguen entre derechos, deberes y valores humanos...

Tal vez alguien eche en falta el adjetivo 'humilde'. Sí, lo son, pero después de haberlos descrito como sabios, hablar de su humildad sería una redundancia. ¿Acaso puede alguien concebir a un sabio petulante, arrogante, sentando cátedra en posesión de la verdad?..."


La ciencia y la vida, Valentín Fuster y José Luis Sampedro con Olga Lucas. DEBOLSILLO, Random House Mondadori. Barcelona, 2009.

domingo, 22 de marzo de 2009

Bondad, maldad y mercadotecnia

El viernes fui a recoger unos libros que teníamos encargados en una librería y, como siempre que entro en una -y dispongo de algo de tiempo, en este caso bastante-, me puse a curiosear. Encontré bastantes cosas de mi interés, como siempre, y salí con algún libro más de los que iba a recoger, como casi siempre.

Entre los que llamaron mi atención, en la sección de literatura juvenil, destaco "Aprendiendo a ser mala", de Pablo Mérida. No, no fue con éste con el que salí de más. Se me ocurrió darle la vuelta para leer lo que había escrito en la cubierta posterior y me encuentro con esta perla, cito textualmente:

"Si estás harta de la rutina y sueñas con que pase algo extraordinario en tu vida... no lo dudes más: ha llegado el momento de convertirte en una chica mala."

Pienso que es sólo un recurso de la editorial (La Esfera de los Libros) para llamar la atención de las jóvenes, y los jóvenes, para que adquieran el libro; y aquí vino mi reflexión: para captar lectoras y lectores, para llamar la atención sobre un libro, para venderlo, ¿hay que decir que se va a enseñar a ser mala? (no incluyo, en esta reflexión, el título que da el autor, que puede tener otras intenciones y otro significado, tendría que haber leído el libro y no lo he hecho), para que suceda algo interesante, extraordinario, en nuestra vida, ¿hay que convertirse en, ser, una chica mala? Entonces, ¿lo mismo es también válido para el otro género?

Tal como están las cosas no creo que la editorial ha estado muy "fina"; en lo de "ser mala" (y por ende "malo") caben muchas cosas.

Supongo que es que a las buenas, y a los buenos, no les ocurren cosas interesantes, extraordinarias en sus vidas.

Y es que, la bondad, no vende: es ordinaria, aburrida, sin interés.

sábado, 14 de marzo de 2009

Segunda venida

A este paso voy a tener que cambiar el título del blog a "El Guadiana de Quasiángel".
Bueno, aquí estoy de nuevo, con la intención de que no pase tanto tiempo hasta la próxima .
En esta ocasión propongo una serie, para pensar un poco:
1, 2, 1000, 3, 6, 8, 10, 11, 12, ...
Un pensativo saludo.
(Deja la solución en un comentario, si te parece, yo te contestaré).