martes, 9 de septiembre de 2014

Mañana será un gran día

Mañana es otro gran día, otro gran primer día de clase…, y esta noche, pensando en lo que me queda por preparar, me he metido en una paradoja o, al menos, en un juego de palabras: me he encontrado perdiéndome.
Me he encontrado perdiéndome en días de la semana pasada. Estábamos ordenando mesas, sillas, papeles, aulas, cabezas y etcéteras, y entre ‘aquí pongo esto’ y ‘esta mesa la llevo allí’, entre ‘¡anda, tengo que imprimir carteles…!’ y ‘¡de esta tarde no pasa que haga el horario a limpio!’, entre bajadas y subidas, entre salidas y entradas, entre venidas e idas, entre otras cosas y unas, recibíamos la visita del alumnado, alumnado que seguirá en el centro o que se irá al instituto, alumnado que viene a beber agua, alumnado que te saluda, unas y unos con más vergüenza, otras y otros con más desparpajo, está quien espera a que des el primer paso, y quien lo da antes que tú, pero todas y todos saludan con alegría, con cariño, y, para colmo de dicha, llega AMH, te ve desde la fuente: “¡Maestro!, y se te lanza con los brazos abiertos, uno abre los suyos, recibe la ofrenda y corresponde..., se abre un cuadro de diálogo “¿Quiere guardar los cambios efectuados en su personalidad?”, pones el cursor sobre “Si” y pinchas, clicas y lo que haga falta, ¡mira tú que las preguntas!


No hay comentarios: