lunes, 1 de octubre de 2007

De “Martes con mi viejo profesor”, de Mitch Abom.

Al principio de la vida, cuando somos niños, necesitamos de los demás para sobrevivir, ¿verdad? Y al final de la vida, cuando te pones como yo, necesitas de los demás para sobrevivir, ¿verdad? Su voz se redujo a un susurro. "Pero he aquí el secreto: entre las dos cosas, también necesitamos de los demás".

Antes de morir, perdónate a ti mismo. A continuación, perdona a los demás.

El defecto mayor que tenemos los seres humanos es que somos cortos de vista. No vemos lo que podríamos ser. Deberíamos estar viendo nuestras posibilidades, dando de nosotros al máximo hasta llegar a ser todo lo que podemos. Pero si estás rodeado de personas que dicen “Quiero lo mío ya”, al final hay unos pocos que lo tienen todo y unos militares que impiden que los pobres se levanten y se apoderen de ello...
El problema es que no creemos que seamos tan semejantes como somos en realidad.

Invierte en la familia humana. Invierte en las personas. Construye una pequeña comunidad con los que amas y con los que te aman.

No existe ninguna fórmula para llevar las relaciones personales. Hay que negociarlas de modos amorosos, con sitio para ambas partes; para lo que quieran y para lo que necesitan; para lo que puedan hacer y para cómo es su vida.
En los negocios, las personas negocian para ganar. Negocian para obtener lo que quieren... El amor es diferente. El amor es cuando te preocupas tanto por la situación de otra persona como por la tuya propia.

No quiero decir que pases por alto todas las reglas de tu comunidad. Yo no voy desnudo, por ejemplo. No me salto los semáforos en rojo. Puedo obedecer las cosas pequeñas. Pero las cosas grandes, cómo pensamos, lo que valoramos, ésas debes elegirlas tú mismo. No puedes dejar que nadie, ni que ninguna sociedad, las determine por ti.

Sed compasivos – susurró Morrie –. Y sed responsables los unos de los otros.

Si nos viéramos más semejantes, podríamos estar muy deseosos de unirnos a la gran familia humana de este mundo,...

Un alto nivel social no te llevará a ninguna parte. Sólo un corazón abierto te permitirá flotar equitativamente entre todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola¡¡
bueno, ya te he agregado a mis favoritos:
http://www.eltrenero.name/favorite.htm
visita www.eltrenero.name ahora a ver si funciona mejor.

un abrazo'¡