martes, 11 de septiembre de 2007

Carta de Ernesto Sábato

"Queridos chicos: ustedes saben, han tenido que aprender cómo el poder gana, cómo los hombres matan por poder. Han tenido que aprender, lo ven por televisión, la atrocidad de los bombardeos, de la masacre, de la miseria, del horror que trae la guerra a quienes la padecen.
Saben también que otros chicos como ustedes verán morir de dolor a sus padres, a sus hermanitos. Pero eso no importa al poder... Ante la gravedad de la situación en que vivimos vengo a testimoniarles que hemos de permanecer en la decisión de no aceptar la guerra, de no resignarnos a ella.
El amargo presente al que nos enfrentamos exige que nuestras palabras, nuestros gestos, nuestra obra se consagre, como verdadero cumplimiento de nuestra más alta vocación, a expresar la angustia, el peligro, el horror, pero también la esperanza y el coraje y la solidaridad de los hombres.
En medio de esta tremenda situación cada hombre y cada mujer, ustedes también chicos, están llamados a encarnar un compromiso ético que los lleve a expresar el desgarro de miles y miles de personas que están siendo reducidas al silencio a través de las armas, la violencia y la exclusión.
Se ha hecho evidente que quienes detentan el poder toman decisiones ajenas al sentir de la humanidad, guerras atroces que sostienen los países poderosos contra pueblos desamparados, bajo la siniestra ironía de salvar a la humanidad.Frente a estos hechos, frente a la violencia y a la muerte de nuestros hermanos, hemos de resistir para resguardar ese absoluto donde la vida y los valores ya no se canjean, alcanzando así la medida de la grandeza humana.
En todos los idiomas PAZ es una palabra suprema y sagrada, expresa el deseo de Dios para los hombres. El deseo de un reino de paz y justicia; la paz y la justicia que estamos acá para reclamar y testimoniar...”

Ernesto Sabato

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