Si los argumentos científicos y sus pruebas fueran la base de las decisiones no habría niños que perecieran de hambre ni gentes que murieran en guerras o bajo torturas, porque existen muy buenos argumentos, con sólidas pruebas científicas, de que a nadie le resulta conveniente ni económicamente necesario morir de hambre, de tortura o a consecuencia de una contienda. Las decisiones de este género van en contra de todos los argumentos.
T. Skutnabb-Kangas
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