No intento enseñar en el sentido de adoctrinar; intento mostrar mi oficio y generar ideas en quienes me siguen, ideas provocadas por lo que han oído. He sido profesor y he enseñado durante mucho tiempo en universidades y fuera de ellas. Mi pedagogía siempre se reducía a dos palabras: amor y provocación. Hay que querer a las personas a quien se dirige uno y yo quería a mis alumnos... Hay que provocar en el que escucha que piense por su cuenta. No hay que adoctrinar, hay que provocar... La tercera palabra, después de amor y provocación, consecuencia de ambas, es la autenticidad.
Escribir para vivir. José Luis Sampedro.
(La cursiva no es mía, figura así en el original)
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